11 diciembre 2016

Templarios y tardorromanos

Hola:

A veces lo más cercano (personas incluidas) no es siempre valorado en su justa medida. No es este mi caso con respecto al castillo templario de Ponferrada, siempre me llamó la atención, pero por una cosa o por otra no lo había retratado todavía, y se merece unas cuantas fotos en mis archivos. Su entrada me recuerda mucho a un juguete que seguro que unos cuantos de mi edad tuvieron o quisieron tener:
Exin Castillos
Sólo por el castillo ya merece la pena ir a Ponferrada:




Y desde allí, a Lugo. Nada más ver este documental me entraron ganas de ver el castro que toco hoy, y otros que salen en él, pero el de Viladonga, desde el cielo, es espectacular
Y desde el suelo, también.








Me llamaron la atención muchas cosas. Una, es que en este castro perdido en un extremo del imperio romano, había monedas acuñadas en lo que hoy es Siria, el extremo opuesto del imperio. Otra es la de intuir qué tiempos más convulsos vivieron estas gentes cuando un pequeño castro como éste tenía que rodearse de cuatro muros y los tres fosos que había entre ellos.
El verdor gallego, y ese sol brillante, bajo y suave que otorga un agotado otoño de cielos despejados, hicieron de la tarde un intervalo sereno que auguraba un crepúsculo no menos cautivador.
Por cierto, aunque había leido que la visita al castro era libre y en el museo había que pagar, no fue así; la visita al museo, también es gratuita, y merece la pena.

Hasta luego.

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