09 julio 2017

Ancares otra vez

Hola:

Ancares otra vez, de los dos lados, entrando por Cervantes, para ver el Castro de Santa María.

En San Román, visita al conjunto etnográfico: hórreo, carro y dos pallozas.


Mucho me gustan estos pueblos lucenses, en los altos, en las laderas empinadas, al sol del atardecer del verano.


Con mis torpes palabras no puedo reflejar el brillo de los tejados de pizarra, las largas sombras de los árboles recostadas en los prados, el frescor del agua que aún corre en muchos de estos angostos valles. La carretera vacía, en la penumbra porque el sol no atraviesa el dosel de las hojas de los árboles de estos bosques de cuento. Una huerta, un tractorín, ver crecer las patacas, los "gochos" que van cogiendo peso, cosas sencillas, resol por las tardes, estruendo de tormenta.
En Piornedo, pallozas y hórreos de verdad, aunque algunos ya tienen una función comercial, pero en su origen puros.


La "alpacadora" que me hizo tragar tanto polvo, y que me irritaba el cuello y los ojos hasta el suplicio.

Hizose ano de 1787
La iglesia de Suarbol, ya en León
Y pallozas y hórreo coqueto en Balouta


Y me alejo bien entrada la tarde, con solo 23 ºC, fresquito. Me despiden pequeños fantasmas en el prado, que pretenden espantar al jabalí; mismo objetivo que tiene el molino brasileño modificado para que provoque ruido con la ayuda del agua en vez de moler y que oigo no muy lejos del pueblo.
No prometo no volver.

Hasta luego.