El de San Chuis, desde el pueblo, 15 minutos. Las vistas son dignas del paseillo. En un habitáculo de 5x5 (4x4 si descontamos las paredes de unos 50 cm. de grosor), dormía una familia, habría un fuego, enseres, sus muertos, comerían y harían sus tareas habituales, sobre todo con mal tiempo. Las formas rectangulares dicen que corresponden a momentos más romanizados. Y es de notar las esquinas redondeadas que vi en dos de esas cabañas. Un hórreo del pueblo, San Martín de Beduledo. Y en el de al lado, Celón, magníficas casonas.
Camino al siguiente destino, una carretera que quita un poco el aliento por lo estrecha y la falta de "quitamiedos", la preciosa braña de El Rebollo, la intriga de cómo subirán las palas eólicas hasta allí cuando me resulta incómodo andar por esas carreteras con mi pequeño utilitario. Todos estos pequeños pueblos lucenses, asturianos, leoneses, cántabros... me gustan mucho. Y los nombres...: Vidural, Lendequintana, Lendeiglesias, Bustefollado, Meróu... En este último, mezcla de hórreos "gallegos" y "asturianos".
El castro de Pendia, pequeño y coqueto. Con dos saunas. Todo empapado de humedad. No sé si cuando vivían aquí estarían en esas mismas condiciones; tendrían que tener fuego continuamente para evitarla. Aquí habría niños corriendo y jugando; con sueños como el de tener un caballo, una huerta, un puñal de antenas,... (En el de Viladonga apareció una pequeña rueda de molino que sólo puede explicarse como un posible juguete). ¿De cuántos de ellos habrán llegado genes a nuestros días? ¿de todos? ¿de unos pocos?. Y de esos que no han quedado genes, ¿se puede decir que su vida fue inútil? ¿se le podría decir a la cara? Reflexiones de bolsillo que tiene uno. Al inicio de la pista un bonito molino hidráulico que conserva la captación en el río, el canal y el bazao. Me gustó el recorrido, además compartí el castro de Pendia con dos chicas jóvenes, hay futuro para la historia todavía jjjj.
Hasta luego.
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