Sé que estoy cansado, de los avatares de la mañana, del calor bochornoso, del trajinar continuado, de las pelusas de los chopos que lo invaden todo.
Pero sé que en algún lugar hay un puente colgante precioso, pueblos alejados del mundanal ruido, castillos habitados en horario matutino.
Además sé que hay lagos encantados, montañas "pelirrojas", que las ranas despiertan sus cánticos cuando cae la tarde, que el sol se pone por donde desciende el Selmo, y que los rayos vespertinos hacen sombras largas e incendian los farallones de Las Médulas.
Y sé que no quiero olvidarme de los amarillos de la escoba, de los morados del cantueso, los rosados del brezo,...me niego.
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