incluso bien avanzada la mañana, tengo que rascar la helada de los cristales del coche. Y bajando el puerto, me apeé para comprobar con los pies como estaba el asfalto y ... no me explico como el coche se mantiene en la carretera... Circulando muy despacio, eso sí.
Las termas romanas de Valduno. La valla no deja sacar buenas fotos. Que bien vivían los romanos... o al menos algunos romanos (como ahora).
Cerca está el Molín de Picarín y los Meandros del Nora, del que solo pude intuir uno de ellos; se requiere una buena altura para poder verlos, como la que permite el Google Earth.
Las vistas desde el Monte Areo son de praderías y mar Cantábrico al fondo. Una niña le puso de nombre al bonetero (Euonymus europaeus) que plantó, bonitín, me parece muy acertado. Los dólmenes son fácilmente accesibles, casi sin bajarse del auto y hay un área recreativa entre los dos grupos de necoprólis habilitadas.
La laja del techo del dólmen derruído, de cuarcita de casi 40 cm. de grosor calculan que pesará 5000 kg.
Hasta la próxima.
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