A primera hora El Sol es lánguido, pero luego apretaría lo suyo.
Estos pastizales están agostados (en septiembre jjj) y agotados; el verano ha sido demasiado seco. Y generan estampas bucólicas y un poco tristes simultáneamente. Aún así, hay una buena cabaña ganadera que todavía extrae recursos para engordar.
Aunque en los modestos regatos que quedan florece todavía la Parnassia palustris.
Y llegando a lo alto, podemos contemplar los esfuerzos inútiles de unos seres que decimos que somos inteligentes. Cuanto trabajo improductivo, baldío, con un objetivo equivocado.
Hasta otra ocasión.
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