Esta ruta quedó inconclusa la primera vez por falta de tiempo.
Puede hacerse perfectamente con un turismo. En mi caso preferí andar los 25 kilómetros aproximadamente, por ejercicio físico, pero el recorrido en sí tampoco ofrece muchos alicientes. Además el tráfico es algo molesto: turismo y cazadores.
Parecía el día de la marmota; tal como estaba la primera vez que fui, así seguía. El mismo vehículo en el mismo sitio encima de la presa de los Ángeles. Las mismas voces del que dirigía la reala. Algunos disparos esporádicos.
El amanecer fue bonito.
El recorrido está inmerso en un mar de pinos a simple vista. De cerca pueden verse bastantes madroños, algunos de cuyos frutos acabaron en mi aparato digestivo. Algún rincón coqueto. Y si algo caracteriza a Las Hurdes desde mi punto de vista son los pinos, las terrazas, los olivos y las colmenas.
Antes de llegar al Chorro de los Ángeles, hay un desvío hacia el Puente de los Machos (ojo, lo crucé varias veces jjjj) y el Convento de los Ángeles. Del convento poco se aprecia, son ruinas y privadas. Pero el puente es una preciosidad. Hecho con piedra seca, sin mortero o argamasa; pericia local unida a buen gusto.
Y después de volver a ascender hacia la pista original, llegamos al Chorro de los Ángeles, creo que el de mayor desnivel de Las Hurdes. La posicíón del sol dificultaba hacer fotos claras, pero presta verla desde el mirador, con un bocadillo de chorizo en las manos.
Por cierto, ¿alguien sabe que es esto? Unos circulos de piedra que dentro parecen tener acícula de pino y ramillas. Había unos cuantos en línea, a uno de los lados del camino, un poco por encima del mirador.
(Misterio resuelto, son majanos, es decir, pequeñas construcciones que se hacen para facilitar a los conejos hacer sus madrigueras)
Hasta luego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario