Junto con las Hoces de Vegacervera, las de Valdeteja formaban parte de mi mágico mundo de paisajes agrestes que desde hace mucho tiempo quería visitar. Y fue hoy. La lluvia respetó un poco mi deseo. Y la primera parada, la Cascada de Nocedo de Curueño. Un camino corto, bien acondicionado, y bonito. De la cascada no saqué foto, porque cae desde tanta altura, con tanta agua, y en un lugar tan cerrado, que la humedad es muy alta y tenía miedo a estropear la cámara. Un chubasquero, si se quiere permanecer un rato contemplándola, no está de más.
Emprendí la tarea, ardua a tenor de los resbalones y sentadas que hice además de la buena sudada, de llegar a la parte alta de la cascada, pero justo el tramo desde donde podría tomarla al completo, es inaccesible por el agua. Podía haberme descalzado, pero... Aún así, mereció la pena ya que obtuve buenas vistas del valle, y la parte alta del arroyo es muy bonita también.
Esta es la entrada a al cascada
Y esta la cabecera de la cascada
El color predominante del otoño es el amarillo y sus tonos. Xantofila a esgalla.
Otro aliciente de la ruta, además de los paisajes son sus pueblos, y los puentes que atraviesan este pequeño río, muy cuidados y perfectamente integrados en el entorno.
Puente de Abajo de Cerulleda
Puente de Lugueros
Hasta luego.