Hola:
por sus tierras y por sus gentes.
El pequeño tibet está seco, cosechado el heno y el maíz, pero aun tiene encanto, regatos frescos esta "Vez", espigueiros y trilhos que andar.
Recorriendo puentes y tirando porque nos lleva la corriente. Todo cuidado, tranquilo, sin estridencias. Salvo la de los bombeiros, que acuden a los fuegos forestales, una lacra.
Arcos de Valde"Vez"
Ponte da Barca
Ponte do Lima
El jacinto de agua Eichhornia crassipes haciendo de las suyas también por aquí. Belleza y "maldad" unidas. Jardines siempre esplendorosos. Y el gallo, un símbolo portugués. Y como no, el pelourinho, no podía faltar. La hora de diferencia, hace que las noches me sorprendan y hay que retornar.
No ha faltado el calor, que se refresca en la playa fluvial. Y aún hay flores que se asoman a los passadiços. Lástima que la ponte pedonal más larga del mundo todavía no esté inaugurada, otra vez será. El "yipe" me lleva de vuelta echando fuego; voy bien agarrado, hasta hacerme daño en la muñeca.
Sabe a poco, pero se acaba. Albergo la esperanza de volver, a cualquier lugar de esta tierra. Eso sí, el final fue apoteósico; dejo una muestra en el enlace de abajo.
Hasta luego.