27 septiembre 2017

Cordillera Cantábrica Cántabra...y Palentina

Hola:

Si Puente Villarente tiene puente notable, Puente Almuhey, también, sobre el Cea.


En Camasobres, camino del mirador de Piedrasluengas, es el único sitio donde se puede decir: Me voy a la cama y me meto en el sobre de forma indistinta. Lo de empiltrar ya no es apropiado. La lagartiga, en su mundo, tan agustito que me dejó hacerle la foto. El valle del río Bullón es un bosque continuo.





Peña Labra me recuerda un poco a la montaña del diablo de encuentros en la tercera fase. Desde el mirador del jabalí, creo.

 Impresionante el valle por debajo de la presa en Polaciones, cuando vierta agua por el aliviadero que sale de dentro de la montaña, debe ser un espectáculo. Las curvas casi dan la vuelta completa.



Repito a la inversa el paso que hice hace ya muchos años, el torreón de Obeso y el de Linares están ahora muy arreglados, y los pueblos también, la carretera sigue siendo más o menos la misma. Me quedó pendiente en ese viaje y en otros posteriores por la zona, Santa María de Lebeña, siglo X, visigótica, mozárabe,...




(Hace más ruído un árbol cayendo que todo un bosque creciendo)


Las Fuentes Tamáricas (en latín, Fontes Tamarici) son tres fuentes próximas ubicadas por el geógrafo e historiador romano Plinio el Viejo en la Cantabria clásica, y que desde el siglo XVIII se vienen identificando con la fuente de La Reana, en Velilla del Río Carrión (Palencia), España. Las primeras noticias del manantial, a cargo de Plinio, datan de la época de la conquista romana de los cántabros, donde se cita su peculiaridad de llenarse y vaciarse sin explicación alguna, siendo sus intermitencias consideradas como augurio en esta época.
Se trata de un estanque rectangular con tres arcos de piedra, de los cuales sólo uno es original, los otros dos fueron incorporados en los años 1980 para reproducir fielmente lo que fue la fuente en su construcción. Su gran particularidad es que se llena o vacía a su antojo, sin seguir ningún ciclo ni lógica. Su llenado viene precedido de un rumor subterráneo que es señal inequívoca de que comienza a manar. Tiene tres aliviaderos que aprovechan el agua para regadío, y en uno de sus extremos un ara romana hallada en las proximidades. A su lado se encuentra la ermita de San Juan del siglo XII. Toda la zona es de césped y arbolado, y rodeada por un pequeño muro de piedra que delimita el conjunto. 

      La intermitencia irregular del brote de las aguas de estas fuentes tiene el don de profetizar la pronta muerte de todo aquel que, al visitar por primera vez la fuente, la encuentre en su fase seca.
    Plinio el Viejo

El misterio de su llenado y vaciado aún perdura hoy en día; los estudios realizados sobre la procedencia del agua y sus ciclos no han obtenido ningún resultado, y siguen confiriendo al lugar un halo de misticismo. (wikipedia)
Las fuentes estaban secas...mal augurio.
Restos del viejo puente, que se llevaría alguna riada, o alguna guerra, o el olvido, sobre el Carrión.





Me gusta perseguir al sol cuando se pone, por esas largas rectas del eje subcantábrico, gritando milana bonita, milana bonita; sonriendo como el Azarías, como ya expliqué que hacía en otra otra ocasión (menos mal que nadie me ve).


Las luces intermitentes de los molinos de viento se me antoja que emiten mensajes en código binario encriptados, y que la Luna creciente los entiende.
El último rayo de luz del valle.

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