una experiencia más a añadir, y unos bonitos paisajes. Y aunque todas las comparaciones son odiosas y "una cosa no quita la otra", me quedo con mi "garganta divina", la Ruta del Cares. Eso sí, el Caminito ofrece muchísima más seguridad. Pero, aseguraos de reservar las entradas con tiempo, que vuelan.
Madrugar, como ocurre muchas veces, tiene su premio.
El color de las aguas, espectacular. La imagen me recordó vágamente al "Meandro del Melero", en Cáceres.
Hasta luego.
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