Me pregunto si la materia y la energía oscura no son más que el vómito de un agujero negro. Si la física cuántica es el truco de un prestidigitador que te enseña la moneda y luego la saca de tu oreja sin explicarte cómo. Si hueles lo mismo que yo cuando pisamos tomillo. Si esa amapola es roja porque tú la ves; si lo que yo digo que es rojo, es lo mismo que tú dices que tiene ese color. Y cuando llego a lo alto de una montaña, me planteo por qué, y quien soy, y quien eres. Y me surge la duda de si alguien se estará desternillando de risa con mis disquisiciones y las de todos los seres humanos. Y la brisa que vuela en lo alto, arrastra todo esto hacia algún lugar ignoto, sin devolver nunca una respuesta.